Hola, ya desde Salamanca voy a contar la última crónica.
Ayer fue el día que menos madrugamos desde el inicio de nuestro viaje, se notaba cierta apatía por la depresión del último día. Después del desayuno, hicimos el check out y les dejamos las maletas para que nos las guardaran hasta la hora de irnos al aeropuerto.
Otra vez nos decidimos por el barcobus como medio de transporte. Es sorprendentemente rapido y eso que en esta ocasión nuestro destino estaba bastante lejos y a 15 paradas de distancia.
La última visita importante que nos quedaba era el palacio Dusit, es un enorme parque en el que se localizan importantes dependencias reales. Las más importantes son el Abhisek Dusit Throne Hall, el Ananda Samakhom Throne Hall y sobre todo la Mansión Vimanmek. Todas son antiguas residencias de la realeza que actualmente sólo se utilizan para ocasiones especiales y como museos.
La más espectacular sin duda es Vimanmek, es la casa de madera de teka más grande del mundo. La visita es muy interesante aunque yo con el inglés (con acento thai) no me enteré ni de la mitad.
Después de comer en el MBK fuimos a Patpong, el mercado nocturno con más nombre de Bangkok y quizá por ello el peor ya que está muy orientado para los turistas. Además en estas dos calles se localizan la mayoría de los putis y salas de espectáculos cochinetes. Imagino que será verdad la fama de Tailandia en cuanto al tema de la prostitución pero yo os aseguro que si no la buscas no la encuentras (esceptuando esta zona que es como el barrio rojo).
El día lo terminamos en el parque Lumpini dándonos los caprichos de última hora que al final uno siempre se arrepiente por defecto y no por exceso. Allí mismo cogimos el taxi que nos llevó al Bossotel a recoger las maletas y luego al aeropuerto.
Después de un triple Whopper nos montaron en el 747 con ligero retraso y 13 horas más tarde llegamos a la Madre Patria.
Gracias a todos los que os habéis interesado por nuestra aventurilla y dobles gracias a los que han escrito.
Besos.